miércoles, 21 de febrero de 2018

Boda y un T-Rex


Ella,
que estaba a punto de casarse
con un tacaño con brazos de T-Rex,
una noche antes de su boda
me pidió besar por última vez
el lado oscuro
de los lunares de su espalda.

Y yo,
que las despedidas
siempre me han puesto poético,
le dije mientras le bajaba
el liguero de su tristeza:
mañana serás
la media naranja de otro,
pero hoy seras
mi medio aguacate.

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